Cirugía plástica de orejas
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Auriculoplastia, cirugía estética de las orejas
La cirugía plástica de orejas, también llamada otoplastia, tiene como objetivo corregir las orejas grandes, en pantalla o “en asa”, y otras alteraciones como ser la falta de los pliegues normales del pabellón auricular (antihelix), lo cual produce unas orejas despegadas de la cabeza. Es importante conocer que el tamaño y proyección de la oreja se define recién a los 5 años de edad, de modo que está contraindicada la auricoplastia en los niños que sean menores de esa edad.
Este aspecto particular de la fisonomía afecta psicológicamente al adulto y al niño, especialmente al ingresar a la escuela.
A pesar de que esta cirugía de orejas puede ser realizada en cualquier momento,hay dos edades claves para realizarla, la primera es hacia los 6 o 7 años cuando el niño o niña inicia el colegio, la otra es antes de los 15 años, edad en que empieza la vida de relación social más seria e intensa. Si los padres observan que esta característica es motivo importante de gran timidez y aflicción habrá que plantearse operarlo hacia los 6 años, edad en que la oreja está ya suficientemente desarrollada.
Procedimiento quirúrgico: Nuevas técnicas, resultados de aspecto natural
La otoplastia o auriculoplastia se puede realizar en niños mayores y adultos con anestesia local más sedación y en niños menores hasta los 10 años es aconsejable la anestesia general.
Existen varias técnicas quirúrgicas según cada caso en particular, pero siempre buscando un resultado estético natural y mínimamente invasivo para que el paciente retome sus actividades lo antes posible. A través de una pequeña incisión detrás de la oreja, que esconde la cicatriz, se modela el cartílago para que la oreja quede pegada a la cabeza con el aspecto y los pliegues normales. En otros casos más severos es conveniente retirar parte del cartílago (concha auricular).
Cicatrices invisibles
En la mayoría de los casos, queda una cicatriz mínima, oculta en el nuevo pliegue formado en el lado posterior de la oreja.
Sin embargo, la cicatriz final de cualquier procedimiento depende de una prolija incisión y sutura por parte del cirujano y en mayor medida de la cicatrización de cada paciente, así como del cumplimiento de los cuidados post-operatorios.
Recuperación
La recuperación es muy rápida y el postoperatorio se tolera fácilmente, ya que las molestias ocasionadas por la intervención no son importantes. La mayoría de pacientes pueden realizar sus tareas normales al cabo de una semana.
En general es una cirugía ambulatoria y el paciente se va a su hogar el mismo dia, con un vendaje especial o una vincha o banda de tela elástica. Los cuales deberán usar por 15 dias permanentemente y luego un tiempo más sólo por las noches al dormir.En el caso de plantearse la realización de esta cirugía en niños, recomiendo considerar la capacidad del niño de realizar los cuidados posteriores, como la toma de medicación indicada, la permanencia del vendaje el tiempo recomendado, la prevención de los golpes, además de soportar algunas molestias e incomodidad por el uso de la faja o a la hora de dormir.
Expectativas del paciente
Es fundamental que las expectativas sean razonables y se sigan las indicaciones de su cirujano plástico para que el resultado final sea óptimo. El objetivo es conseguir una mejor forma y proyección de las orejas.
En la gran mayoría de los casos, una corrección de las orejas bien realizada produce un alto grado de satisfacción en el paciente que se manifiesta feliz desde un primer momento.
Resultados inmediatos
La nueva forma de las orejas, antes despegadas, se distingue en los primeros momentos al retirar el vendaje, el resultado final se adquiere luego de unos meses cuando se retira por completo la inflamación. Los beneficios psicológicos suelen ser inmediatos mejorando la autoestima y las relaciones sociales de la persona.
Los riegos o complicaciones de la cirugía de orejas son los de cualquier otra intervención quirúrgica. Puede aparecer dolor en el pabellón auricular que serán tratados con analgésicos comunes, también equimosis o moretones y cierta pérdida de la sensibilidad en las orejas que luego se recupera.
En la mayoría de los casos, queda una cicatriz mínima, oculta en el nuevo pliegue formado en el lado posterior de la oreja.
Hay que tener en cuenta que la cicatriz final de cualquier procedimiento depende de una prolija incisión y sutura por parte del cirujano y en mayor medida de la cicatrización de cada paciente, así como del cumplimiento de los cuidados post-operatorios.
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